Ternura y herida · Don Quijote, un Pastorcico y el Corazón herido - Raúl Eguía Recuero, escritor.

Ternura y herida · Don Quijote, un Pastorcico y el Corazón herido
Raúl Eguía Recuero, escritor.  

Dios quiere mostrarte la Ternura de su Corazón herido
¿Querrás dejarle?

Don Quijote decía: «Yo sé quién soy», «soy enamorado». Y por eso Miguel de Cervantes escribe estos versos:

«Dulcinea del Toboso
Del alma en la tabla rasa
Tengo pintada de modo
Que es imposible borrarla

La firmeza en los amantes
Es la parte más preciada,
Por quien hace Amor milagros,
Y asimesmo los levanta»

Wow! Es impresionante lo que dicen estos versos sobre el amor. «Tengo en el alma pintada de modo que es imposible borrarla»… esa imagen de la enamorada. La firmeza, la fidelidad, quien hace Amor milagros… que levanta… 

«Yo sé quién soy» dice Don Quijote, «soy enamorado» o San Juan de la Cruz que escribe también un poema titulado «El Pastorcico» y que va todavía más allá, al Amor verdadero. Dice así:

«Un Pastorcico, solo, está penado… 
ajeno de placer y de contento,
y en su pastora ha puesto el pensamiento,
el pecho, del amor, muy lastimado.

No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido
—aunque en el corazón está herido—
más llora por pensar que está olvidado».

Estos versos de amor que hablan de este Pastorcico que «está en el corazón herido», que llora… «llora por pensar que está olvidado». 

Este es el Señor, este es Dios. Dios que está herido de una HERIDA INCURABLE, herido de Amor. Que canta un bello canto de amor y lágrimas desde sus entrañas ante cada uno de nosotros, ante estos seres indefensos y débiles que somos y que tantas veces nos olvidamos de Él.

¿Has dedicado tiempo hoy a que Dios te muestre cómo te quiere, cómo te ama, cómo te cuida?

Porque Él nos dice: «Como un padre que siente ternura por sus hijos», así el Señor siente ternura por ti. Ese es el Fuego del Amor incondicional que tiene Dios. Se ha abajado, se ha hecho tan pequeño, se ha despojado de todo, se ha hecho carne, ha querido tener un corazón que late y sufre y llama insistentemente a tu corazón. Está llamando y te dice: «Tengo Sed de ti» «¿Escuchas mi voz?» «¿Querrás abrirme?» Está como un mendigo.

No es sensiblería o sentimentalismo barato, porque la ternura de Dios se muestra en la Cruz, ese es el Amor verdadero, encumbrado en el «árbol donde abrió sus brazos bellos» que escribe San Juan de la Cruz. Esa es la Ternura de Dios mostrándose, ahí, en Jesús, mando y humilde, que se deja hacer, se deja herir, que se deja, más tarde, tocar las llagas. Y todo lo hace por ti, por mí, porque nos ama inmensamente. La Ternura de Dios se ve contemplando la herida de Su Corazón. Esa Herida que sigue abierta por nosotros. 

Contemplándole así nos muestra que llora por pensar que está por nosotros olvidado. Y nos muestra y nos llama para que le dejemos entrar, para que le dejemos amarnos, para que permitamos que Él toque nuestras heridas con las suyas, que lave el dolor de nuestras fragilidades con sus lágrimas.

Hermano, hermana, Dios quiere mostrarte cuánto te ama ¿Querrás? ¿Querrás dejarle? ¿Confiarás en Él? ¿Le mostrarás tus heridas, tus problemas, tus fragilidades, tus debilidades? ¿Le dejarás amarte como Él quiere amarte?

Esta es la profundidad de la Ternura de Dios… y es especialmente maravillosa cuando uno puede experimentarla en el sufrimiento, en ese silencio, a veces, tan duro, en esa noche tan negra, … En esos momentos que se hace especialmente difícil esperar y uno cree que todo se ha terminado, que ya no hay opción, ni esperanza… en ese momento Dios con su ternura está más cerca de ti, no ha huido, no te ha abandonado a tu suerte, ESTÁ y solamente te pide que esperes y confíes porque el Amor verdadero siempre es FIEL.  

Acércate a Él, en tu cuarto, en intimidad, en oración, en los sacramentos,  especialmente en la Eucaristía, donde Dios vivo hecho Carne, Sangre, Alma y Divinidad, se entrega de nuevo en la patena por Amor a ti; o en el Sagrario, donde está esperando verte, desde el silencio, Amor callado… Esta es LA TERNURA DE DIOS, EL SACRIFICIO VERDADERO, MANANTIAL DE AMOR, HERIDA INCURABLE, CORAZÓN ABIERTO SIEMPRE PARA TI.

Que Nuestra Madre María, la más pequeña y que San José, que permitieron amar a Dios y su Ternura intercedan por nosotros. Que Dios te bendiga enormemente.