«Desde el comienzo de mi ministerio en la Sede de San Pedro en Roma, consideré este mensaje [de la Divina Misericordia] como mi tarea especial. La Providencia me lo ha asignado en la situación actual del hombre, de la Iglesia y del mundo. Se podría decir que precisamente esta situación me asignó ese mensaje como mi tarea ante Dios»
San Juan Pablo II
Oremos con San Juan Pablo II
«Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre.
Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza.
Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén»