El que ama corre, vuela, ... se entrega · 3 textos pequeños para adorar a Jesús Vivo y Sacramentado por Raúl Eguía Recuero

El que ama corre, vuela, ... se entrega

3 textos pequeños para adorar a Jesús Vivo y Sacramentado

Raúl Eguía Recuero

 

¿Recuerdas?

¿Recuerdas cómo fue tu primera comunión? ¿Recuerdas los nervios, el deseo, ...? Recordar es revivir, ¿lo recuerdas? Tal vez no fueras muy consciente de la grandeza de lo que iba a suceder, quizás pasó ese momento como si nada y pasó todo... ¿Recuerdas? Dios mismo se entregaba por Amor a ti, para unirse contigo.

Porque el que ama corre, vuela, disfruta... se entrega... y Dios te ama, se alegra de verte, corre para saltar a tu cuello, llenarte de besos y... se entrega por ti, porque te ama tanto, porque eres tan precioso, tan preciosa a sus ojos.

¿Recuerdas ese día?

Ese día está grabado ya en la eternidad, dentro de su Corazón, el día, el primero de todos. 

Oración

Jesús, Tú que estás aquí y que sigues amándonos después de todo este tiempo, después de todo lo que hemos pasado, que no has querido marcharte, que no nos abandonas, que día tras día sigues queriendo estar con nosotros, ayúdanos a recordar, a revivir el día de nuestra primera comunión, ese día inmenso que está marcado a fuego en tu Corazón.

 

¿y Tú?

Gracias Jesús, GRACIAS por hacernos revivir ese primer día. Pero, ¿cómo lo viviste Tú? Ahí estabas en el altar, vivo... como hoy, callado... como hoy, amándome... como hoy, entregándote... con ese ansia viva.

¿Cómo fue tu espera? Porque desde antes de la creación del mundo nos habías elegido, te habías enamorado de nosotros, después nos creaste a cada uno, nos hiciste tuyos por el bautismo y nos esperabas...  ¿Cómo fue tu espera? Cuánto ansiabas ese momento, cómo ardía tu Corazón vivo... había llegado el día de atraernos a Ti, de unirte a nosotros totalmente y no soltarnos nunca... ese era tu deseo...

Pero nos soltamos, consentimos vivir en el pecado, sin volver a Ti...

Cuánto deseo hay en Ti, Dios que me estas mirando. Tu deseo sigue siendo el mismo, porque Tú no has cambiado. Hoy no te conformas con mirarme desde el altar, quieres más, quieres estar dentro de mí, quieres compartir tu Vida conmigo, que todo lo tuyo sea mío, que todo Tú estés en mí y yo en Ti, que viva contigo, juntos, para siempre.

Tú me dices: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre»

Eres Tú quien me invita, eres Tú quien lo desea.

¿Y yo? ¿Quiero unirme a ti o voy a seguir simplemente mirándote y dejándome mirar sin dar el paso de ponerte en primer lugar, el que te corresponde por Amor, de acercarme a confesar y a comulgar como si fuera la primera vez?

Tú me dices: «el que come de este pan vivirá para siempre... si no coméis mi carne, y no bebéis mi sangre, no tendréis vida en vosotros».

Este es tu deseo, Jesús que me estas mirando, Dios que me estas amando, que yo viva para siempre unido a ti y no que no me suelte nunca. 

Oración

Jesús, grábame en el alma tu deseo por mí, 
tus ansias por mí, tu Sed de mí.

  

¿Qué más puedes darme?

¿Qué más puedes darme mi Jesús? No puedes darme más porque te das todo. Ese es tu deseo, la unión íntima conmigo: permanecer juntos. Tú nos dices: «Permaneced en mi Amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi Amor»... Nos has mostrado cómo vivir unidos a Ti, cumpliendo tus mandamientos, y no solo nos has mostrado cómo vivir sino que nos ayudas regalándote en los sacramentos para que sea posible. Me regalas tu perdón en la confesión, te regalas entero para mí en la Eucaristía

Tú me dices: «El que come mi Carne y bebe mi Sangre permanece en Mí y yo en él».

Quieres intimidad conmigo, Carne con carne, Sangre con sangre, Alma con alma, tu Divinidad y mi pobreza. Este es tu deseo permanecer unidos, juntos... cada vez más intensamente, más íntimamente juntos. 

Oración

Jesús, ayúdame a permanecer en tu Amor, ayúdame a poner en orden todo lo que no te gusta de mi vida, ayúdame a ponerte en primer lugar, ayúdame a arrepentirme y correr a tus brazos en la confesión, ayúdame a vivir cada Eucaristía como si fuera la primera y la última.