«En su divina Bondad, este médico, Cristo, intenta atraer a la salvación a pesar de ellos mismos, a los que están enfermos en el alma, aquellos cuyos pecados y cuyas faltas los aplastan hasta el delirio. Pero ellos no quieren dejarse tratar. ¡Oh, hermanos míos, si quisiéramos, si quisiéramos todos ver hasta el fondo la parálisis de nuestra alma! Nos daríamos cuenta de que, privada de sus fuerzas, yace en un lecho de pecados. La acción de Cristo en nosotros sería fuente de luz»
San Pedro Crisólogo