comienza siempre por el silencio

«Yo comienzo la oración siempre por el silencio. Pues es en el silencio del corazón donde habla Dios. Dios es amigo del silencio y debemos escucharle porque lo que cuenta no son nuestras palabras sino lo que él dice, y lo que dice a través de nosotros»

Santa Teresa de Calcuta